Sucede de todo en la preparación de una boda.
Varias parejas han tenido fuertes peleas y han llegado a terminar por las discusiones en los preparativos de la boda.
La verdad, la boda se convierte en tratar de impresionar y un acto social vano que deja a un lado lo más importante: el comienzo de una nueva etapa.
El sacerdote que nos casó (Padre Fabio, muchas gracias) sabe al respecto y nos advirtió que pasara lo que pasara, (lluvia, malos meseros, pésima música, accidentes o lo que fuera) nada debía perturbar nuestro momento. Era nuestro día y eso era lo que importaba.
Así fue y aunque nada grave pasó, si hubo momentos en los que podía perturbar el equilibrio.
Bueno, no lo permitimos y la pasamos muy bien.
Si estás en esos preparativos o los piensas comenzar, recuerda el sabio consejo del Padre Fabio.
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